¡Feliz Navidad!
Tu santuario es nuestro Belén en cuya aurora Dios se regocija. Allí diste a luz virginalmente al Señor, quien te eligió por Madre y Compañera. En esa admirable fecundidad nos trajiste al Sol de Justicia. Con alegría, sumérgenos en el Señor y que, al igual que tú, nos asemejemos a Él en todo; haznos portadores…