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Visita al museo del Prado


Decían ya los antiguos que el asombro es la fuente del conocimiento. Los que nos dedicamos a la educación sabemos bien la importancia que el asombro tiene para captar la atención de los alumnos. La atención es ese ingrediente fundamental que nos asegura que el receptor está bien predispuesto a recibir una información. Asombrar a los alumnos es fundamental también para poder captar su interés hacia aquellos temas que consideramos importantes. ¿Y qué puede ayudar a captar mejor la atención que la belleza?

Por eso mismo, la semana pasada tuvimos la oportunidad de acudir con los alumnos de 2º y 3º de la ESO a una de las mejores pinacotecas del mundo: el Museo del Prado. Pocos lugares en el mundo más apropiados para inculcar a los alumnos el amor por las cosas bellas, por nuestra historia y nuestra cultura. Allí realizamos diferentes recorridos de 90 minutos aproximadamente de la mano de los guías del Museo.

El leitmotiv del recorrido de 2º de ESO estaba marcado por ilustres personajes: Leonardo, Rafael, Goya o Velázquez fueron algunos de ellos. Pero no solo nos hablaron de los artistas, sino también de los protagonistas de algunas de sus pinturas. Nos contaron historias fascinantes de hombres y mujeres del pasado, como los duques de Villafranca, María Isabel de Braganza o la Condesa de Vilches. Cuando uno se pone ante una obra maestra de la pintura, sin duda que le impresiona la imagen. Pero si, además de ver, se le da la oportunidad de escuchar toda la historia de la pieza, del autor y del personaje representado, el espectador descubre todo un mundo fascinante y hace que aprecie de forma más profunda el arte.

Con los alumnos de 3ºESO el recorrido tuvo como tema principal la conquista del espacio. En dicho recorrido se habla del espacio desde tres perspectivas distintas: el espacio arquitectónico del museo, el espacio que ocupan las obras dentro del propio museo y el espacio representado dentro de las obras de arte. Durante el recorrido fuimos avanzando por diferentes periodos de la historia del arte, empezando por pintura medieval, siguiendo con obras renacentistas y acabando con las grandes obras de arte del barroco. Gracias a los estudios sobre óptica, perspectiva lineal y perspectiva aérea, los pintores aprendieron a representar el espacio en sus obras de forma más convincente y realista. Durante la visita pudimos disfrutar de obras como el lavatorio de Tintoretto o las Meninas, la gran joya del Museo.

Finalmente, antes de terminar la visita, los guías nos dieron la oportunidad de pasar por la sala donde estaban expuestas las piezas de la exposición temporal de la Frick Collection. Se trata de obras de primerísima calidad traídas desde Nueva York, entre las que cabe destacar obras como el retrato de Felipe IV en Fraga de Velázquez, el San Gerónimo de El Greco y el retrato de dama firmado por Goya.

D. Álvaro Arias
Tutor de 1º de ESO