Queridas familias:
Acaba septiembre y vemos que hemos superado el arranque del curso, habiendo puesto en marcha 2020/2021 en un ambiente tranquilo y de cuidado unos de otros, a partir del gozo de habernos reencontrado. Con sorpresa, hemos visto cómo, en el Colegio, el inicio de este curso no ha venido marcado por las dificultades que hemos de afrontar en la pandemia, sino por la alegría del reencuentro, que ha iluminado cada rostro de alumnos, padres y profesores, haciendo todo más fácil y permitiendo superar cada reto con valentía y auténtica magnanimidad. Una vez más, como comunidad escolar, hemos descubierto la grandeza de pertenecer a este Santuario Colegio.
El regalo que se nos hace este año, además, viene marcado por un acontecimiento central para la vida de nuestra pequeña comunidad: se cumplen 50 años desde nuestro origen, desde el día en que unas Hermanas de María valientes y llenas de fe pusieron en marcha el kindergarten que muchas generaciones después, entre avatares, pasó a ser el Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt. No es un cumpleaños cualquiera: es la confirmación del deseo de nuestro Padre Dios de entregarle a María, nuestra Reina, este Santuario Colegio en el que queremos vivir regalándole alegrías. ¡Somos afortunados de celebrar esta fiesta! Estos 50 años nos impulsan a agradecer a Dios y a renovar nuestro compromiso por llevar a cada uno de nuestros alumnos a realizar la mejor versión de sí mismo, hacia su propia plenitud. Hemos comprobado que podemos hacerlo con confianza y, desde ella, impulsarnos hacia el futuro con audacia.
Por todo esto, este curso escolar no queremos vivirlo (sólo) bajo el sello de la crisis sanitaria. Al contrario, también en este contexto queremos seguir proyectando nuestra formación hacia el futuro, reforzando la oferta educativa para conseguir hacer realidad nuestro deseo más profundo: formar a nuestros alumnos, bajo la protección de María, de modo que vivan en una actitud permanente de educación de sí mismos hacia lo más alto, para que lleguen a ser auténticas personalidades libres, firmes y comprometidas con el mundo.
Este proyecto educativo nos exige, hoy, ahondar en nuestra apertura al mundo. Por eso, trabajamos cada día para ofrecer a cada alumno las herramientas que le permitan alcanzar una mentalidad abierta y receptiva hacia los otros, que son distintos: reforzamos el claustro de profesores para incorporar otras nacionalidades; buscamos alianzas estratégicas para poder ofrecer, en su momento, alternativas de intercambio; y preparamos el final de su formación escolar con un proyecto de Bachillerato que les permita abrir la mente y acceder a universidades españolas o extranjeras. En este sentido, nos sentimos orgullosos del compromiso que hemos adquirido al ser reconocidos como colegio solicitante para el Bachillerato Internacional, avanzando ahora, sin parón, en el proceso de autorización final para poder impartir estos estudios a partir de 2022, si Dios quiere.
A todas las familias, os agradecemos vuestra fidelidad y compromiso con nuestro Santuario Colegio. Como siempre, un año más, estamos a vuestra disposición para potenciar, con alegría y audacia, la originalidad de vuestros hijos.
Un fuerte abrazo,

Pablo Siegrist Ridruejo
Director