Queridas familias, vuestros hijos han recibido esta carta en el Colegio:
Queridos alumnos del Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt,
Quería presentaros a unas amigas que se llaman Marta, María y Ana. Bueno, en realidad no se llaman así, ése es el nombre que les hemos puesto nosotros, porque tienen miedo de que se conozcan sus verdaderos nombres. Ellas nacieron en un país musulmán muy estricto, donde no se permite que las personas sean cristianas. Hace unos años oyeron hablar de Jesús a unos cristianos que ellas conocieron. Cada vez que sabían más de Jesús, más querían saber. Empezaron a leer la Biblia, a rezarle, y finalmente decidieron hacerse cristianas y se bautizaron. Sus familias no aceptaron que ellas se cambiaran de religión, y les pusieron todo tipo de problemas para desanimarlas y que dejaran de ser cristianas. Como ya no podían seguir viviendo así, decidieron huir en secreto de su país, y refugiarse en un país cercano. De un día para otro, se fueron, sin decir nada a nadie, dejándolo todo. Ahora viven escondidas en otro país, sin contacto alguno con sus familias, amigos, sin trabajo y pasando muchas dificultades.
Desde que las hemos conocido, y con la ayuda de unos amigos de España, estamos ayudándolas y rezando mucho por ellas. Pedimos que pronto se puedan marchar a un país donde puedan trabajar y empezar una nueva vida, sin tener que esconderse más, pudiendo ir cuando quieran a rezar a la Iglesia y decir que son cristianas.
Por eso, os agradecemos muchísimo que queráis ayudarnos durante este Adviento ofreciendo vuestro capital de gracias y rezando por ellas. Aunque son muy pobres, ellas nunca nos piden comida o dinero, sino que recemos por ellas. Saben que Jesús no les va a dejar, porque ellas han dejado todo por Él, y confían que pronto podrán empezar una vida mejor en otro sitio.
En su nombre, muchísimas gracias por rezar por ellas. Vamos a pedirle especialmente a San José que, al igual que pudo encontrar un pequeño pesebre para que Jesús naciera, les pueda encontrar un hogar en un nuevo país, donde puedan ser felices y seguir conociendo y queriendo a Jesús. Que Jesús pueda nacer este año en sus corazones y llenarlos de su AMOR de una forma muy especial.
¡Feliz Adviento y un abrazo muy fuerte en nombre de Marta, María y Ana!
Teresa y Ángel
Es impresionante el testimonio de estas chicas… ¡Cuán grande habrá sido la experiencia de Jesús en sus vidas que, habiendo perdido todo por Él, siguen felices! Este ejemplo de vida nos interpela para preguntarnos: ¿qué entregamos nosotros por nuestra fe?; ¿qué tiempo, qué prioridad, qué sacrificios ofrecemos por nuestra fe?
En este Adviento, queremos preparar el corazón para recibir a Jesús haciendo consciente esta pregunta en nuestro día a día. Quisiéramos poder ofrecerle nuestros pequeños esfuerzos como regalo, pidiéndole que ayude a todos aquellos que deben sufrir por su fe, especialmente a estas tres jóvenes. En la Comunión de los Santos, todos somos responsables unos de otros: todo el bien que hacemos o dejamos de hacer repercute en los demás; son nuestras decisiones de cada momento las que cambian el mundo. Por eso, cogemos CON GRATITUD el regalo de la entrega de los cristianos perseguidos por su fe, que nos fortalece en la nuestra y los apoyamos con nuestra entrega de amor, para que sigan siendo fuertes. Con esta motivación iniciamos este hermoso tiempo de espera, de esperanza, rezando juntos: ¡Ven Señor Jesús!
Hna. Susana María Dinamarca
Departamento de Formación