Queridas familias:
En el proceso de enseñanza-aprendizaje que desarrollamos en el Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt queremos provocar en nuestros alumnos el deseo, más aún, la avidez de conocer y descubrir la bondad de lo conocido, para así despertar en ellos un ansia de plenitud que los anime a dar lo mejor de sí: a la magnanimidad. Esta virtud, que nace de un adecuado conocimiento de uno mismo y de una autoestima sana, se pone en acción cuando salimos al encuentro del otro y reconocemos en él alguien merecedor de lo mejor que podemos dar. Es éste un principio central en el ideario de nuestro Colegio.
Hablamos a menudo en estas líneas de la importancia de que cada uno de nuestros alumnos se conozca bien, para lo cual todos los educadores formamos con rigor nuestra mirada hacia ellos y la complementamos entre nosotros, de modo que podamos entregar al alumno un conocimiento de sí ponderado, justo y bueno. Este proceso de autoconocimiento en la persona está ligado a los vínculos que cada uno tenemos con los demás, con la cultura, con la naturaleza, con la ciencia. Por eso, prepara a la persona para la apertura y el encuentro con el otro, de donde todos sabemos, por experiencia, la vida se vuelve mejor y los criterios personales se complementan y enriquecen.
En la formación que entregamos a nuestros alumnos a lo largo de su vida escolar, en el Colegio nos preocupamos por buscar vivencias donde vayamos abriendo gradualmente el entorno de nuestros alumnos, que pasa del yo y el ambiente más íntimo y familiar a la universalidad, con la que se encontrarán al acceder a sus estudios universitarios y a la vida laboral. Para ello, diseñamos viajes que se convierten en experiencias imprescindibles, porque ayudan a descubrir, primero, el valor de los compañeros y de los profesores; y, más tarde, el valor de otras culturas en relación con nuestra cultura propia. Además de eso, en la propia vida del Colegio aparecen personas que provienen de otros países y complementan la formación de los alumnos no sólo desde lo académico, sino también desde lo vivencial y cultural. Así, se enriquece la experiencia personal de cada alumno y podemos abrir sus horizontes más allá de los muros del Colegio.
Con todo este sistema de intercambios culturales, el Colegio busca sacar a la comunidad escolar de una mirada endogámica y cerrada sobre sí misma. Buscamos promover en alumnos y educadores una actitud de apertura al otro y al mundo, con la conciencia de la propia misión y la humildad del que sabe que necesita ser complementado por la riqueza del otro. De ahí nuestra apuesta por un enfoque de aprendizaje-servicio, de internacionalización, de intercambio con otros centros educativos, colegios o universidades. Nuestra candidatura al Diploma de Bachillerato Internacional servirá, sin duda, para reforzar esta estrategia.
Gracias a todos por acompañarnos en este proceso. Un fuerte abrazo,
Pablo Siegrist Ridruejo
Director