“Queremos aprender a educarnos bajo la protección de María para llegar a ser personalidades recias, libres y sacerdotales. La autoeducación es un imperativo del tiempo. No se necesita un conocimiento extraordinario del mundo y de los hombres para darse cuenta de que nuestro tiempo, con todo su progreso y sus múltiples experimentos no consigue liberar al hombre de su vacío interior.”
(P. José Kentenich, Acta de prefundación, Schönstatt, 1912)
Hay un mundo dentro de nosotros: el “microcosmos”, el mundo en pequeño, nuestro propio mundo interior, que para nuestros alumnos no es desconocido. En cada etapa se conocen más para mirar la realidad, desde dentro, con una actitud positiva y llena de Dios. Nos conmueve experimentar que niños de 6 años, jóvenes de 12 y 16, saben ejercer una profunda y eficaz influencia en sus ambientes, por la fuerza y por la riqueza interior de su personalidad.
Y es que verdaderamente, nuestro objetivo pedagógico de educarnos con María como personalidades, es nuestro norte cada día. Digo “educarnos”, porque no se trata de educar desde fuera, sino que es un trabajo hecho en común, donde el educador hace equipo con el educando, verdadero protagonista de su propia autoeducación.
Es lo que vivenciamos en los Hitos de Graduación, cuando nuestros alumnos superan una etapa de estudios y se preparan para iniciar una nueva. Lo hacen con conciencia de llevarse un tesoro de la etapa vivida y con las herramientas necesarias para vivir y superar la siguiente.
En el caso del Hito de paso a Educación Primaria, llevan consigo las maravillosas vivencias de la primera infancia y se preparan para enfrentar la etapa siguiente, que estará llena de un mayor realismo. Por eso, reciben su cuadro de María, que los acompañará durante toda la etapa como Madre y Educadora. Es Ella la que les enseña a ordenar sus vivencias de cada día en la costumbre de la oración de la noche y la que les conducirá a recibir los Sacramentos de la Confesión y la Primera Comunión durante este hermoso período de su vida. Con ello se van conociendo en sus maneras de reaccionar y de relacionarse con los demás y todo lo unen a Dios.
En el Hito de paso a Educación Secundaria es nuevamente María quien los acompaña en el autoconocimiento, esta vez como su Reina. Les pide ayuda para ser constructores de su Reino y ellos se ponen a su disposición como hijas y caballeros. En Covadonga, identificaron diferentes rasgos de sus personalidades con los que han de batallar en la siguiente etapa y se comprometen a luchar para conquistar en ellos el Reino de María.
Y por último, en el Hito de paso de Educación Secundaria a Bachillerato, reciben a María como Estrella, que les indicará siempre el Norte: Dios. Escogerán una ruta, marcada por sus decisiones de cada día, para seguir el Norte que han descubierto y elegido libremente en los dos últimos años de esta etapa escolar.
Así, con un auténtico conocimiento de sí mismos, nuestros alumnos se van convirtiendo en verdaderos constructores de historia, dejando huellas que otros seguirán.
Hna. María Crevillén
Jefa del Departamento de Formación