En mayo hemos vivido la Semana de la Ciencia con mucho entusiasmo y dedicación.

Durante esos días nos hemos apoyado especialmente en la Ciencia para no cesar en el intento de despertar la curiosidad de nuestros alumnos por aprender.

Para ello los profesores prepararon un amplio programa de actividades diferentes y acordes a cada etapa educativa. El objetivo era que los alumnos se vieran inmersos en el mundo científico a través de experimentos, videos explicativos, actividades lúdicas e incluso acertijos que tenían que resolver en la Gran Gymkhana.

Pero lo más importante que hemos querido transmitir a nuestros alumnos, con todas las actividades, sobre todo manipulativas, de observación activa e indagación, es la manera de pensar de un científico, es decir, el pararse a contemplar su entorno. Y que cuando se les despierte un pálpito, esa sensación de curiosidad por saber cómo funciona lo observado, lo analicen, cometan numerosos errores prudentes hasta comprobar su hipótesis o pálpito inicial y finalmente saquen conclusiones.

Del mismo modo hemos querido enseñarles que cuando pensamos en las matemáticas, hay algo que nos dice que lo complejo, o lo mejor, debe surgir de algo complicado. Pero lo que de verdad nos muestran las matemáticas es que reglas muy simples dan lugar a descubrimientos o conocimientos muy complejos, por eso hemos querido hacerles ver, desde su perspectiva como niños que son y de forma lúdica, que las matemáticas son una herramienta para facilitar la compresión y el conocimiento de nuestro entorno y no para hacerlo más complicado.

El balance de esta Semana ha sido muy positivo. Nos quedamos con el asombro y la curiosidad que muestran siempre nuestros alumnos ante todo lo nuevo.

Francisco González
Tutor de 2º y 4º de Primaria